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martes, 5 de noviembre de 2013

INTELIGENCIA, CONOCIMIENTO Y SABIDURÍA

Según la Real Academia de la Lengua, Conocimiento se define como entendimiento, inteligencia, razón natural; Inteligencia es la capacidad de entender, comprender y resolver problemas y Sabiduría es el grado más alto del conocimiento, conducta prudente en la vida o en los negocios. Estos tres conceptos a veces se entrelazan, dando lugar a discrepancias, pero difieren entre sí. Veamos…
El conocimiento es por un lado, el estado de conocer algo y por otra parte, los contenidos que forman parte del patrimonio cultural del hombre, mediante la experiencia, la observación o el estudio. Sin duda, las ciencias constituyen uno de los principales tipos de conocimiento, que son a su vez el resultado de la investigación. También hay conocimiento de un oficio, un arte, una habilidad o una información específica, los cuales se adquieren mediante procesos cognitivos: percepción, memoria, experiencia, razonamiento, enseñanza, aprendizaje, encuestas y otros métodos más sofisticados, que adquieren, preservan y trasmiten los saberes, especialmente a través del lenguaje.
Tener conocimiento sobre el mundo, genera poder. Este puede provenir de diferentes fuentes: Intuición, aprendizaje, experiencia, tradición, autoridad, ciencia, etc. En la sociedad contemporánea, procede también de la tecnología de las autopistas de comunicación.
Por otra parte, la palabra Inteligencia —introducida inicialmente por Cicerón— es de origen latino. Intelligentĭa, que proviene de inteligere, término compuesto de intus "entre" y legere "escoger", por lo que, etimológicamente, inteligente es quien sabe escoger o sabe entender, asimilar, elaborar información, utilizarla adecuadamente y tener la capacidad para almacenarla. Podría definirse inteligencia, como la capacidad mental para razonar, planear, resolver problemas, pensar de forma abstracta, y tener la comprensión-aprendizaje de nuestro entorno. Hay varias formas: la lingüística, la matemática, la musical, la espacial, la emocional, etc. A pesar de la gran variedad de conceptos que surgen en torno al término inteligencia, el más influyente, cuando se trata de evaluarla, es el cociente intelectual de los individuos, calculado en los test psicométricos.
El desarrollo de la inteligencia es influenciado por factores hereditarios, biológicos, ambientales, de educación, motivación y salud del ser humano y va más allá del poder de elaborar información y utilizarla debidamente, —actividad que también es realizada por animales y ordenadores—; el ser humano, desarrolla además, la capacidad de iniciar, dirigir y controlar actividades mentales, como ocurre con nuestra atención y con el aprendizaje, que deja de ser automático para dirigirlo hacia objetivos específicos.
El neurofisiólogo Roger Sperry en sus trabajos demostró que nuestros dos hemisferios cerebrales se nutren de las mismas informaciones básicas, pero que se procesan diferentes. Cada uno tiene por predisposición genética un hemisferio dominante. El izquierdo domina aspectos como el lenguaje, la solución de problemas lógicos y el pensamiento analítico; mientras que en el derecho se destaca la comprensión espacial, musical, el dibujo y las artes en general. La doctora Jill Bolte, neuróloga y científica, tuvo la hermosa oportunidad de estudiar el cerebro “desde adentro” por medio de un accidente cerebral que le llevo muchos años recuperarse, pero durante ese tiempo sus estudios la llevaron a conclusiones muy interesantes, plasmadas en el siguiente video.
La inteligencia emocional, según Goleman "es la capacidad para reconocer sentimientos en sí mismo y en otros, siendo hábil para gerenciarlos”. Para mi concepto, esta se acerca más a la sabiduría, porque aquel que sabe manejar sus emociones, es una persona competitiva, saludable, serena, sincera, sencilla, simpática, servicial y sinérgica, condiciones que conllevan a hacer al hombre feliz. He conocido algunas personas muy inteligentes, pero que son incapaces por ejemplo de manejar una adicción. Algunos inteligentes con conocimientos pueden ser arrogantes —se las saben todas y se creen infalibles— y eso demuestra falta de sabiduría.
La sabiduría es un atributo del ser humano, que le permite tomar decisiones equilibradas, tener el juicio y entendimiento para resolver problemas, evitar o impedir peligros, alcanzar ciertas metas y aconsejar a otros. La sabiduría toma sus referencias de lo vivido, que ha de haberse experimentado con bastante frecuencia o intensidad como para que se mantenga en nuestro recuerdo y se inserte en los esquemas de preservación de la vida.
El nombre sabiduría viene del latín sapientia y del griego sofía; sofía viene de la raíz sof: tener sabor o gusto. La palabra en sus orígenes significaba saborear, gustar de la verdad. Es considerada como un rasgo que puede ser desarrollado por la práctica, pero no enseñada y puede ser sinónimo de prudencia y sentido común. Algunos consideran la sabiduría como una cualidad que incluso un niño puede poseer, como también alguien sin educación formal. La cultura contemporánea limita la importancia de la sabiduría y de la intuición y es reconocido como virtud, solo en ambientes culturales, filosóficos y religiosos.
Para obtener la sabiduría es necesario desearla, y su inspiración es elevada, así pues puede haber hombres sabios que no tengan gran cultura y hombres cultos que no tengan sabiduría. El discernimiento y la intuición, añaden fuerza a la sabiduría.
Por otro lado, la sabiduría se encuentra esbozada en la conducta de los animales, según descubrimiento del sabio Rey Agur: “Hay cuatro cosas en el mundo que a pesar de ser pequeñas son más sabias que los sabios: Las hormigas, insectos muy pequeños que guardan comida en el verano, para tener suficiente en el invierno; los tejones, animalitos que por ser indefensos hacen sus cuevas entre las rocas; los saltamontes, que aunque no tienen comandante son tan ordenados y disciplinados como un ejército, y las lagartijas, que son fáciles de atrapar pero viven libres en los palacios” (Pr 30.24-28).
El rey Salomón, hijo del Rey David, fue conocido por su gran prudencia y sabiduría, porque a pesar de su grandeza contempló su pequeñez, ante la gloria de Dios. Algunos se refieren a ella, como el conocimiento sobre Dios. "La sabiduría es un conocimiento espiritual supremo"... “El don de sabiduría es un hábito operativo sobrenatural infundido por Dios en el alma”. Hubo un hombre sabio, Jesús, el Cristo —si es que es lícito llamarlo hombre, pues era un hacedor de milagros—, un gran maestro, que los hombres recibían con agrado la verdad que les enseñaba. Atrajo con esa sapiencia a muchos judíos y gentiles, desde temprana edad.
OSHO dice: “Ser sabio significa realizar algo en tu interior; primero tienes que experimentarlo en la más profunda esencia de tu ser, sintiendo el latido de la vida, porque esa es la puerta más cercana a la consciencia universal y después conocerla fuera de ti. Recuerda: el sabio no acumula conocimientos, su sabiduría es espontánea. El conocimiento siempre pertenece al pasado, la sabiduría al presente. El conocimiento satisface al ego; la sabiduría destruye al ego por completo. Por eso la gente busca el conocimiento. Es raro encontrar un buscador que esté comprometido con la sabiduría y no esté interesado en el conocimiento. Conocimiento significa tener teorías sobre la verdad; sabiduría es la verdad en sí. El conocimiento se adquiere de segunda mano; la sabiduría es de primera. Cuando la muerte llama, derriba por completo toda la estructura de conocimiento que has edificado a tu alrededor y con la consciencia de que toda la vida ha sido un desperdicio. La sabiduría es un fenómeno totalmente distinto. Es experiencia, no creencia. Es una experiencia existencial, no es una referencia. Lo esencial es eterno”.
Citas sobre la sabiduría:
"El principio de la sabiduría es el temor a Dios.", Salomón
"Sólo sé que no sé nada.", Sócrates
"La mayor sabiduría que existe es conocerse a uno mismo." Galileo
“El conocimiento es poder, pero sólo la sabiduría es libertad." Will Durrant
"La sabiduría no es un producto de la educación sino de toda una vida por adquirirla.", Einstein
“El idiota grita, el inteligente opina y el sabio calla”. Refrán popular
“El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona”. Aristóteles
“Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano”. Isaac Newton
“El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo el necio se queda sentado en él”. Proverbio chino
“El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone alegremente a su tarea de reparar el daño hecho”. Shakespeare
Salud y vida!
Oropéndola

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